"No tenemos por qué estar en lo alto de una montaña ni en una arboleda sagrada para que Dios esté con nosotros. El está "allí", aun en las manifestaciones más sencillas de su presencia. La conciencia permite que el Señor esté presente, ya sea en las advertencias tempranas o en las finales, al darnos una súbita comprensión o un resquemor en la memoria, salvándonos del mal o inspirándonos a hacer lo bueno. Además, puede advertirnos que cuando insistimos en la revancha sólo caemos más bajo, o que no hundamos demasiado los pies en la mullida alfombra de lo mortal, que es peligrosamente fugaz. De mil maneras la Deidad siempre estará presente, como testificó Enoc, aun en nuestros padecimientos. La paz que Jesús prometió es una forma especial de calma en medio de la agitación. Aun cuando todo esté "en conmoción", sus discípulos permanecerán." (Elder Neal A. Maxwell, Liahona enero 1988, pág. 31) |
viernes, 5 de noviembre de 2010
Inspiración - En todo momento y lugar
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